¿A la luz de los órganos genitales femeninos, donde el azar tiene aún su lugar?
Aunque extracto de datos científicos serios citados en bibliografía, el siguiente informe presenta de ningún modo un carácter de enseñanza médico. El objetivo buscado es demostrar la suma colosal de datos compuestos de obligaciones y prohibiciones, que son necesarias para la creación de un nuevo ser humano, para que cada uno pueda meditar sobre todo el conocimiento almacenado en las dos células que son el óvulo y el espermatozoide. Como acabamos de verlo a la página “Cualquier vida nace del “conocimiento” y no de la materia”, cada uno podrá pues plantearse la cuestión a saber si es realmente juicioso pensar que la única casualidad puede ser generadora de toda esta organización con todas sus prohibiciones. Esta es lo que pretenden algunos, que se reivindican Darwinistas, para refutar la existencia de Dios, mientras que Charles Darwin nunca ha intentado demostrar que Dios no existía. En absoluto perdió la fe a la edad de 42 años a raíz de la muerte de su hija, pero permaneció en la duda hasta su muerte según algunos, y otros dicen que encontró la fe en su vejez. Si nos atendíamos a redactar el pleito de Darwin, olvidando los algunos momentos de dudas que cada uno puede tener durante su vida, seríamos inflexibles quizá contra él, pero si sabemos que se juzgarán con la medida con la cual juzgamos, observaremos entonces en los trabajos y no a la persona. Él mismo se decía agnóstico y no ateo, ya que negándose a entrar en la metafísica comparación de los datos para resolver cualquier problema, como ya habíamos hablado en el parágrafo precedente.
¿Con las relaciones que él hizo entre las plantas y todas las especies animales, si somos honestos y imaginamos que haya utilizado el nombre de Dios para definir esta semejanza entre las distintas vidas sobre tierra, quien le habría seguido? La mayoría de los científicos que se hubiera reído en sus narices, mientras que los cristianos habrían excomulgado a él, como lo habían hecho para Galileo. ¿Fue realmente la elección?
En actuando tal como lo hizo, recibió al menos el sentido común de los científicos, aunque muchos de ellos hicieron uso de sus obras para tratar de probar que el azar es el origen de la vida en la tierra y que Dios no existe. Con respecto a los religiosos, en una actitud que es tristemente habitual a los más carismáticos de los intolerantes, por fanatismo o ignorancia, continuaron desacreditarlo, utilizando contra él de lo que nunca dijo, es decir, la mentira. Por ello en una amalgama entre la enseñanza de algunos medios y el pensamiento colectivo transportado con el paso del tiempo, nuestros niños o pequeños niños hoy, no saben hacer más la diferencia, si el hombre evolucionó de los simios o no, y por repercusión directa, si fuimos generados por el azar o por Dios. ¡Es bien allí el drama!
Otro tema de discusión que también apareció durante la ejecución de estas páginas es la que se asocia con el aborto en casos de embarazos no deseados. No militamos en contra del aborto, pero somos conscientes de los daños mentales y espirituales que generan tales actos, incluso si pueden a veces parecer necesarios en el momento. Creemos que cada una tiene el derecho a ser informados sobre el desarrollo de un embarazo antes de tomar una decisión en contra de la naturaleza, como la del aborto. Sólo debemos nunca olvidar en este ejemplo preciso, con el fin de hacer aceptar el embarazo a una muchacha y llevarla a tener la calidad de madre que no es necesariamente innato, Dios programó variaciones hormonales que van a tener una incidencia sobre la hipófisis y en consecuencia sobre el balance de la persona. Está en efecto muy sorprendente constatar cuánto la evolución está rápida al principio de la fecundación, y cuánto todas las variaciones hormonales tienen un rápido impacto en la psicología de la mujer, puesto que para algunas cuyo ciclo menstrual es más o menos regular, la placa neural que señala el principio de neurulación del embrión (primeros señales de la instauración del sistema nervioso) puede comenzar hacia el 19.o día después de la fecundación, o sea alrededor del día 33 de un ciclo que implica normalmente 28.
¿Cuántas mujeres sólo consideran en ese periodo un ligero retraso ocasional de menstruación, muy habitual para algunas? Sin embargo, los cambios ya han comenzado a hacerse...