1 – Las Ciencias Cognitivas y la Psicología confirman la Fe cristiana
1 - 1 Los efectos positivos de la ciencia sobre nuestra sociedad
Cualquier ciencia antigua o nueva cuenta en todo momento y en todas partes fue combatida por muchas religiones.
A causa pues, de las religiones que se substituyen a menudo a Dios, diciendo mejor conocerlo que cualquier otro, muchos científicos se privan de una fuente inagotable que es nuestro creador.
Nadie sale vencedor de tales comportamientos, si no el fanatismo dominador y idólatra de nuestra psicología animal.
Esto informe no se hace para glorificar a la ciencia en detrimento de la fe o viceversa, sino para demostrar cómo las ciencias cognitivas y la psicología son las áreas que persiguen una vocación casi idéntica a la fe en Jesucristo y se confirman uno al otro.
Muchos científicos no creen en Dios, y esta es sus totales libertades, aunque en nuestra opinión sus trabajos prueban su existencia. Mucho antes de que la ciencia haya descubierto todas las nuevas tecnologías, la fe, dirigido por la Palabra y el Espíritu Santo de Dios, siempre ha tenido un efecto benéfico sobre las partes del cerebro involucradas en la obra de arrepentimiento y el perdón en comparación con algunas de las malas reacciones de sí mismo o de otros. Se trata en efecto de la primera condición para que otros circuitos neuronales puedan hasta crearse en nosotros, si no se trata aún, en esta fase, del impacto espiritual en el espíritu. La explicación bíblica es, sin duda dada en otras palabras, pero si la imagen médica, resonancia magnética y otros avances tecnológicos permiten ahora constatar el impacto, demuestran pues la validez de la obra que anteriormente fue con la única ayuda del Espíritu Santo de Dios. Así pues, todos estos científicos demuestran a la humanidad la sabiduría de la Palabra de Dios, mientras que están convencidos de que Dios no existe. No tenemos en cuenta de eso a ellos sin embargo, como podrá observarlo por vínculos electrónicos que los remiten a sus propias páginas de muy buena calidad. Le pedimos simplemente no tomar en cuenta sus percepciones extra-científicas, que sonó personales por ellos.
No debemos olvidar, para no condenar a estos científicos, que todos estos seres humanos son, ante todo, y como cada uno, niños que crecieron con una imagen de la verdad, y como cada uno de entre nosotros, que dio más o menos importancia a la educación que recibieron. Porque pudieron constatar que las fórmulas científicas parecían cien por ciento de exactitud al día de su aprendizaje, ellos dedujeron que toda la enseñanza que recibían, e incluso el análisis que percibían, era cien por ciento exactos también. Así pues, porque algunos más fanáticamente anti Dios que otros, utilizó el Darwinismo para deducir que la evolución se debía aleatoriamente de las relaciones entre los organismos primarios y su progresión, ellos dan inconsideradamente razón a esta teoría, mientras que siquiera si esta teoría demuestra la evolución, no demuestra de ningún modo que un creador no existe, o que no es el autor de esta evolución.
Así pues, porque algunos más fanáticamente contra Dios que otros, utilizó el Darwinismo para deducir que la semejanza entre los distintos organismos vivos sobre esta tierra se debía al azar de las relaciones entre estos dichos organismos primarios y su progresión, ellos dan inconsideradamente razón a esta teoría. No se dan cuenta que si esta teoría intenta demostrar lo que llamamos la evolución, ella no demuestra de ningún modo que un creador no existe, o que no es el autor de todas las semejanzas que pueden constatar.
¿Cómo estas personas contra Dios, de los cuales hice partido, podrían cuestionar sus prejuicios cuando se enfrentan a ellos muchos religiosos aún defender la teoría de la generación espontánea de Adán y Eva y desacreditaran el propio Darwin entonces que sólo sirvió para demostrar una gran cantidad de evidencias, por su agudo sentido de la observación? Debemos aprender de los excesos de nuestros padres, cuando éstos combatían hombres tales Cristóbal Colón o Galileo, que demostró que la tierra gira alrededor del Sol y no al revés, como era costumbre de pensar en este tiempo. ¿Quién se atrevería a apoyar todo lo contrario ahora? Si no queremos desacreditar a Dios, como estos religiosos hicieron en su tiempo, debemos mantener prudentes en nuestras afirmaciones, sin dar razón sin embargo a las hipótesis de un gran número de sabios de este mundo que siguieron Darwin y desarrollaron la teoría de la evolución, en oposición a la existencia de un creador que llamamos Dios. Como podemos ver Este Creador en el trabajo mediante el cumplimiento de todas las profecías bíblicas que comunicó a su pueblo, y porque sabemos que la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los sabios de este mundo, será tal vez una parte de verdad que Dios nos llevará a través de estos científicos si agrada a Dios hacer nos participar a Su Gloria.
Nuestra naturaleza es ciertamente similar a cantidad de mamíferos y nuestros medios de reproducción al igual que las funciones de nuestro cuerpo permanecen sujetos a esta naturaleza dicha carnal, lo que nadie impugna. Allí donde la ciencia se encuentra limitada, es en la dimensión a partir de la cual Dios ve al hombre como hombre, es decir, a partir del momento en que éste puede ser conducido por el Santo-Espíritu, que sea exterior al ser humano como era el caso durante el Antiguo Testamento, o interior desde la crucifixión de Jesús (Nuevo Testamento). Las ciencias no saben por ahora hacer la diferencia entre el espíritu del hombre y el Espíritu de Dios. Las religiones en cuanto a ellas hablan de ello, saben hacer la diferencia, pero no pueden en ellas mismas generarlo. Solo Dios lo puede en Jesucristo, si confiamos nuestra fe a él, y es lo que observarán al párrafo 3-3, intentando asignar a cada uno su parte de mérito.
Hasta la fecha, la ciencia y la psicología son afortunadamente limitadas a descubrir las anomalías físicas o psicológicas, pero no espirituales. Los progresos realizados en los medios científicos, dejan sin embargo entrever que en algunos años la informática debería ser capaz de dialogar con el cerebro, lo que implica que abusos deberán entonces temerse. Sin embargo, esta dimensión que no estando aún al orden del día, podemos decir que la ciencia deja aún al hombre a su libre árbitro. Cada uno puede pues beneficiarse hoy de los beneficios de la ciencia sin deber abjurar a su Dios y a vender su alma al diablo.
Desde el momento en que Dios comenzó a revelarse al hombre, lo llamó hombre ya que capaz de dejarse conducir por su Espíritu, y los primeros se llaman Adán y a Eva. Todo lo que es de la evolución anterior del hombre o su medio ambiente, se incluye en los primeros versículos bíblicos antes del Jardín del Edén. Es lo que crea el desacuerdo actual entre las religiones y la ciencia, al igual que fue el caso en tiempo antiguo, cuando la ciencia del tiempo descubrió que la tierra era redonda.
En uno primero tiempo no nos pararemos sobre los conflictos entre el evolucionismo, llamado Darwinista, y la tesis de la generación espontánea desde Adán y Eva, porque nos parece normal de considerar el hombre en su dimensión actual, es decir, “que es susceptible de reconocer y de recibir el Espíritu Santo de Dios, que lo haya recibido o no”. Por lo que se refiere a su espíritu, el hombre puede elegir aún hoy entre la dimensión animal que llamamos carnal, pero destinada a desaparecer, o la dimensión del Santo-Espíritu que es una apertura a la vida eterna, puesto que divina.
Así que tenemos que desacralizar todo hombre con el pretexto de que "brilla" en un ámbito intelectual o no, pero no tenemos que decir diabólico nadie, no cuanto más los científicos que los otros, porque, aunque los científicos están llenos de conocimiento en sus campos, son sin embargo en todas las otras áreas de sus vidas, los seres humanos sometidos a la construcción psicológica humana que comienza muy temprano en el estado fetal. Es por eso que debemos observar a las ventajas de trabajar juntos en una complementariedad beneficiosa, sin desacreditado Dios ni los hombres. Estos últimos intentan avanzar con su buena fe y el poco conocimiento que tienen de ellos mismos, conducidos generalmente por el objetivo de aliviar los humanos, el resto está sólo rivalidades y vanidad.
Nuestro objetivo no es sin embargo formar eruditos que no somos. Nosotros mismos descubrimos la increíble proyección de la ciencia, después del trabajo de “psicoterapia” realizado con la única ayuda del Santo-Espíritu de Dios, por el, y en el, autor de estos escritos. La relación espiritual de esta obra se narra en el libro "El efecto Bumerán", que leer gratis en estas páginas o en libro a nuestra dirección de correo electrónico o postal.
Esto informe desea pues justificar simplemente la convergencia de los esfuerzos de todos, para que nuestro Creador esté glorificado por la fe creciente en el corazón de cada uno. Sólo podemos maravillarnos del sobrenatural de la palabra de Dios, cuando se experimenta con la presencia de su Espíritu Santo. Está ofrecido desde milenios, y descubrimos que sólo en los últimos años, con la ayuda de la ciencia, la convergencia de los escritos bíblicos y nuestras estructuras mentales hasta entonces desconocido. Es pues a Dios que queremos Glorificar a través de estos informes, sin olvidar no obstante aquéllos que utiliza a tal efecto.