Resumen de la cubierta
Los tiempos que vivimos son aquellos en los que el SEÑOR, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, quiere conducir al hombre a la verdadera libertad del espíritu, que viene preparando desde Adán y Eva.
Después de la restauración de Israel en 1948, el fin del establecimiento de su pueblo, sobre los valores de la Canaán de ayer, marcó la apertura de la conquista de Tierra Santa a la humanidad.
Ya no es ahora el momento de esperar a la muerte física para recibir de Jesús su naturaleza divina, pues después de haber puesto su Espíritu Santo en el corazón de los que quieren seguirlo para guiar mejor sus viejos sentimientos, Jesús quiere hacerlo como Él, trayendo al espíritu en su cerebro, una Corona de Amor divino.
Esta es la verdadera Libertad que él ofrece hoy, no sólo a la iglesia, sino también a la Iglesia, para que sea dotada de una naturaleza idéntica a la suya, como lo será su "Esposa", llamada a vivir un mundo de Paz a su lado.
La puerta a la reescritura de la mente sí está abierta hoy para toda la humanidad en Jesucristo y es por eso que ahora estamos siendo testigos de todo este surgimiento de sistemas totalitarios en todo el mundo, porque el enemigo sabe que le queda poco tiempo.
Depende pues de cada uno, no dejarse robar la oportunidad que se le presenta en Jesucristo, porque la Verdadera Libertad es la que el Espíritu Santo traerá a un mundo en el que fluirá leche y miel, fuera de la tutela de Satanás. En efecto, Dios ha prometido poner sus leyes en nuestro “corazón”, pero también escribirlas en nuestra mente.
El monte Nebo domina todo Canaán y es desde la cima de esta montaña que Jehová Dios, el Dios de Abraham de Isaac y Jacob, le mostró a Moisés la Tierra Santa que había prometido dar a su pueblo como herencia.
Desde 1948, la Alianza de Dios se ha puesto delante de los ojos de todos, y depende de cada uno entrar en su propia Canaán espiritual.
Si a través de esta conquista, el pueblo elegido aprendió a resistir a la tutela de Satanás, es la salida de esta misma tutela, lo que se presenta delante de nosotros.
En Jesucristo, Dios proporcionó los medios para cubrir nuestro pecado original, pero a través del Canaán de hoy, invita a la pareja a descubrir el Amor divino.