CAPÍTULO 1
De una toma de rehenes a otra
1 – 1 Nuestra espiritualidad cristiana presente y a venir
Es porque Jehová Dios creó al ser humano a su imagen, que usó a un "ángel" represivo, llamado Lucifer, para someter el sistema emocional aún animal del homo sapiens, al respeto por una genética que ha seguido siendo nuestra. Este sistema emocional nos lleva fácilmente, consciente o inconscientemente, a hacer prevalecer en nosotros las emociones que genera sobre el respeto de nuestra genética escrita por Dios, mientras que le fue para que nuestro impacto se integra perfectamente con su creación.
Por lo tanto, no es por una diferencia genética, que llamamos aquí a los humanos pre Adán y Eva, "homo sapiens", sino porque solo tuvieron acceso a instintos egocéntricos de naturaleza animal, para hacerlos victoriosos en el contexto en el que evolucionaron durante milenios. Era su sistema emocional el que era ligeramente diferente al nuestro hoy, no su genética, pero eso es todo lo que nos hace diferentes a nosotros y a ellos si no nos dejamos entrenar para actuar de acuerdo con el modo en que funcionaban.
De hecho, es porque nuestra genética está hecha a imagen de Dios, que nuestra confusión entre el modo de operación de este ángel y el de Dios, nos lleva a hacer la guerra en nombre de Dios. Si este ya era el caso en los días de Abraham, cuando fue conducido a salir de Sodoma y Gomorra, Jehová Dios no le pidió que destruyera estas ciudades, sino que se apartara de ellas, para que este ángel destructivo no le elimina él mismo, y su familia. Si Dios no le pidió a Abraham que participara en esta destrucción, sino que se dignó darle la respuesta a sus intercesiones por la supervivencia de los justos que podrían traer la supervivencia de estas ciudades, es una prueba de que cada descendiente de Abraham debe saber comportarse de la misma manera, sin hacer la guerra en el nombre de Dios, bajo cualquier pretexto falso.
Por eso, en su "desnazificación" de Ucrania y su intento de destruir las democracias occidentales, a las que llama Sodoma y Gomorra, Vladimir Putin no está actuando en nombre de Dios, sino en nombre de este ángel exterminador que se ha convertido en Satanás desde Adán y Eva. Usa además la palabra de Dios en beneficio de su modo represivo, que debería demostrarle el origen de su espiritualidad, tanto para él mismo como para quienes lo apoyan, como lo es para todos en la tierra.
Jehová Dios siempre ha tenido como objetivo elevarnos hacia Su naturaleza de Amor, y es por eso que usó a este ángel represivo para mantener nuestra naturaleza aún animal en el respeto por la genética que Él había escrito en nosotros. Si hubiera tenido que rebajarse al nivel de este homo sapiens, para reenfocar el sistema emocional aún impreciso en los valores de su genética, se habría convertido en un mal testimonio para nosotros hoy. Si ya estamos luchando por comprender la vocación que Él tiene reservada para nosotros, esto solo habría agravado la incomprensión de su objetivo final para la humanidad; que es para llevarnos a amarnos unos a otros en esta tierra, como Él nos ama, a pesar de nuestros errores aún mal administrados.
El objetivo de Dios nunca fue dejar en su naturaleza estrictamente animal, este nuevo ser que fue homo sapiens en su creación, sino llevarlo a la dimensión del humano de hoy, antes de hacerlo progresar hacia el humano de mañana, luego pasado mañana. Este ser humano estará entonces dotado de un sistema emocional perfectamente similar al de Jesús, cuando todavía estaba en la tierra, y esto es en lo que nos hace trabajar hoy.
Debido a que Jesús nació del Espíritu Santo desde el vientre de María, su madre, su sistema emocional estaba perfectamente centrado en el respeto de su conciencia en su genética, porque estaba construido sobre los valores del Amor divino incluso antes de su nacimiento. Este Amor, que Jesús quiere dotar a nuestro sistema emocional, es coherente con la adecuada autogestión de la conciencia, porque le aporta la precisión que le falta en el amor egocéntrico del homo sapiens, pero porque tratamos sinceramente de educar este amor, en la imagen que cada uno posee del Amor divino, evitamos que Jesús nos dote de él hoy.
Jesús no fue dado por Dios para juzgar al mundo, sino para que el mundo pudiera ser salvado por él, de este ángel represivo, llamado desde toda la eternidad a desaparecer de la construcción espiritual humana. El amor egocéntrico, que está espiritualmente ligado a este ángel represivo, se establece en los humanos a través de una lógica básica que produce instinto, algunas características de las cuales utilizan solo una parte de nuestra genética. Es por eso que Jesús quiere dotar a los humanos de otra "lógica", que en sí misma tiene todas las funcionalidades que nuestro sistema emocional necesita para gestionar adecuadamente nuestra conciencia, como veremos a lo largo de estos escritos.
El ángel represivo usado por Dios como tutor espiritual antes Adán y Eva, era así de una naturaleza más animal que la nuestra hoy, porque no era sobre el humano, que había sido establecido, sino en el que llamamos aquí homo sapiens para diferenciarlo de nosotros.
Si desde Adán y Eva, este "ángel caído" ya no lleva el nombre de Lucifer, sino el de Satanás, el mentiroso, es porque él mismo manipuló al humano para poder secuestrarlo a la vocación que Dios le reservó desde su creación.
Si se proyecta hoy en la tierra, es porque nuestras democracias judeocristianas están ahora llamadas a funcionar por "amor", para alcanzar, al final del séptimo día de Dios, el Amor divino con el que Jesús fue dotado, y al que Satanás no tiene acceso.
En el tiempo de Adán y Eva, esto ya fue lo que desencadenó los celos de este ángel hacia Dios, y lo que lo llevó a entrenar al humano mismo en sus propias funciones represivas, contrariamente a las que Jehová Dios habría querido llevar a este mismo humano, si hubiera permanecido obediente a él. Hoy este ángel represivo sale a la luz, porque falta de no poder destruir directamente nuestras democracias judeocristianas, cuyas carencias en esta búsqueda del Amor divino están cubiertas por la obra de Jesús en la Cruz, se vuelve contra el resto de su simiente en una guerra, como se dice en Apocalipsis 12, y que Vladimir Putin considera ser a Ucrania. Lo hace a través de la lógica animal ancestral de la que todo ser humano está dotado al nacer, sin siquiera añadir la más mínima percepción del Espíritu Santo, de la misma manera que Lucifer durante todos estos milenios, mientras que hoy esta propuesto a cada ser humano en la tierra, de ser dotado de la lógica divina del Espíritu Santo en Jesucristo.
Ya no es el caso hoy como lo fue en los días de Adán y Eva y en todo el Antiguo Testamento, durante el cual el Espíritu Santo trajo solo el discernimiento del bien y del mal, para guiar las acciones de aquellos que lo percibieron. Hoy, Dios quiere dar la motivación inicial correcta a los humanos, para que puedan producir la acción correcta con precisión, en el equilibrio divino y no en la imprecisión de todos los diferentes aprendizajes que hablan de la voluntad de Dios en todo el mundo.
La obediencia de Jesús a Dios, de acuerdo con la ley hasta la muerte en la cruz, le dio el derecho de dotar a los humanos de esta nueva lógica, concebida ella misma sobre los valores del Espíritu Santo, y que luego reemplaza la lógica básica vinculada al instinto, puesta bajo la tutela de Satanás. Esta "lógica", que Jesús quiere dotar a quienes están dispuestos a seguirlo, es más que una sencilla lógica, ya que la Biblia la define como la tercera persona de Dios, la Persona del Espíritu Santo, porque es capaz de mantener un cierto "diálogo" interno, permitiendo un verdadero examen de conciencia, y el uso adecuado de nuestra genética, como volveremos a hablar de ella.
Desde la Crucifixión, ya no es sólo la buena acción la que busca el siervo de Dios, pero la motivación del "corazón" con la que se produce, a la que se añade una nueva mejora, ligada a la restauración de Israel.
Desde el primer Pentecostés, y durante del comienzo del Nuevo Testamento, esta "nueva lógica" fue colocada así en cada siervo de Dios realmente dispuesto a servir a Dios en las iglesias cristianas, ya sean protestantes, católicas, ortodoxas, anglicanas u otras. En cada nación interesada, cada ser humano, fuera de las iglesias, fue educado para producir la buena acción de lo que se había vuelto consciente en él, de acuerdo con la enseñanza recibida de estos siervos de Dios, produciendo consenso societal/religioso en nuestras democracias occidentales.
En esto, Jehová Dios preparó a toda la humanidad para recibir su Espíritu Santo, para que pudiera guiar a todos en la motivación inicial correcta, y pasar la página de esta tutela espiritual confiada a Satanás. Esta tutela espiritual todavía deja al humano hoy en día susceptible de volver al estado de homo sapiens, antes de Adán y Eva, como podemos ver en Vladimir Putin, aunque puede diseñar y usar bombas atómicas capaces de destruir todo el planeta y esto es lo que Jehová Dios quiere evitar.
La restauración de Israel en 1948 marcó el punto de inflexión de nuestra civilización, anunciada bíblicamente durante milenios, pero la demonización excesiva de Satanás ya no nos permite discernir su verdadera vocación hoy. Sin embargo, es esta restauración de Israel la que marca el comienzo de los tiempos hacia este cambio radical en el funcionamiento de las democracias. Estos están llamados ahora a operar sobre los valores divinos que los generaron, para poder abrir a Cristo en el cielo el derecho de reescribir gradualmente el sistema emocional de todos, sobre los valores de su Amor, al que Satanás nunca tendrá acceso.
Este es el fenómeno que genera todos los tumultos actuales en todo el mundo y en particular el de la guerra que Rusia está librando contra Ucrania, porque si este "ángel caído" pronto estará atado por mil años, para ser excluido de la construcción espiritual humana, Satanás también se ha estado preparando para esto todo este tiempo.
