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CAPÍTULO 7


La Vara de hierro para el amor


7 – 1 La diferencia entre el hierro de Jesús y el acero de Stalin


Si hemos hablado varias veces de la vara de hierro, no es para poner en tela de juicio lo que hemos dicho sobre este tema, sino para resaltar el hecho de que todos somos solo humanos, que avanzamos hacia lo desconocido de Dios, hacia el cual Jesús quiere conducirnos. Esto desconocido es aquello en lo que sólo los que están en la presunción de "saber", se otorgan derechos represivos sobre los otros, lo que produjo todos estos consensos societales religiosos cuya culminación fue la reconstrucción de Israel. Si tuvieron su tiempo de utilidad, ahora deben desaparecer para dar cabida a la construcción espiritual individual en cada uno, a fin de generar una sociedad que evolucione gradualmente hacia la naturaleza divina, visto que logrará evolucionar hacia el respeto perfecto de toda su genética.

Si, por lo tanto, todavía estamos librando una guerra unos contra otros en nombre de Dios, ya sea verbalmente, en la condenación de lo humano o físicamente, como es el caso de Rusia en Ucrania, es una prueba de que algunos se inclinan todavía hoy, a usar el modo de funcionamiento animal reservado para Satanás, en lugar de encontrar la solución en Cristo con el Espíritu Santo como guía.

Es en esto que Jesús vendrá a reinar con una vara de hierro para que el mundo pueda ser salvado por él, no en su antigua naturaleza animal, sino como un ser humano dotado de la naturaleza divina, inaccesible a Satanás y a aquellos que adoptan su modo de funcionamiento para imponer su interpretación de la palabra de Dios.

Dos cosas sobre esta vara deben tenerse en cuenta. La primera es el hecho de que no todas las traducciones de la Biblia siempre hablan de la vara en Apocalipsis 12-5, sino también de la varita o aun del cetro, mientras que la segunda está relacionada con las cualidades del metal que es el hierro.

La Vara de Jesús fue anunciada por el profeta Isaías 11-1/5 con estas palabras: Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre Él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oyeren sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y la justicia será el cinto de sus lomos, y la fidelidad el ceñidor de sus riñones.

Si tomamos la traducción en el sentido del cetro, entonces esta palabra representa la imposición de un rey, como la de un gran Señor, más o menos egocéntrico y superior a cualquier otro, mientras que la realeza de Jesús está en la humildad de un simple Hermano, en el respeto de la libre voluntad de cada uno, a también a la imagen de la humildad de Dios nuestro Creador. La palabra cetro parece entonces irrelevante en sí misma, ya que no será ni oro ni platino, ni siquiera plata, pero uno de los metales más comunes, el hierro. Es en esto que la vara o mismo la varita parece más precisa y a imagen de lo que fue el "bastón" de Moisés, para un uso que no será en el sentido de martirizar al pecador. Marcará el valor del testimonio que el SEÑOR Dios dejó a través de Moisés en Números 20, que ya hemos mencionado en el primer párrafo del cuarto capítulo. Si ya hemos visto que Dios usó la roca y no un hombre para dar testimonio de la forma equivocada de actuar, esto será aún más cierto con respecto a la vara con la que Jesús reinará, porque no se arriesgará a agacharse para golpear al humano, cualquiera que sea. El poder divino no es el que aplasta al humano para romperlo en mil pedazos, porque como mencionamos en nuestras primeras líneas, el SEÑOR Dios no se rebajó para cumplir esta función él mismo, sino que usó un ángel represivo, él mismo de naturaleza animal, para no ser un mal testigo para nosotros hoy. Fue debido a la mala interpretación de Moisés, relacionada con la que había recibido de Faraón, él mismo considerado dios, que no mantuvo su bastón en su mano al ordenar a la roca que dejara salir el agua en el nombre del SEÑOR Dios, pero golpeó la roca con este bastón dos veces. Si fue su exasperación con la gente que constantemente exigía una vida más dulce, su incomprensión, vinculada a su estructura emocional, impedía sin embargo que Dios le confiara la conquista de Canaán, el país de la tierra prometida. No será lo mismo para Jesús, visto que él ya será en esta tierra prometida y es él que dio su vida por el perdón de todo pecador que se arrepiente.

Si Moisés no llegó a Canaán, no fue como medida punitiva que lo fue, pero como consecuencia de su vocación de llevar el cumplimiento perfecto del cruce del desierto y la base del establecimiento de Israel, para abrir las puertas a la conquista de Canaán pasando el bastón a Caleb y Josué. Esta es también la razón por la cual Dios le hizo ver Canaán desde la cima del Monte Nebo antes de morir.

Esta es la etapa espiritual que alcanzamos en 1967/68, después de que la Guerra de los Seis Días, vivida como un milagro divino, marcó la cobertura divina de Israel en su nueva dimensión. Fue también esta dimensión la que abrió a cada uno el derecho a la realización espiritual individual de su propia conquista de su "tierra santa", que es el Amor divino.

Si el SEÑOR Dios usó Jericó para demostrar a todos la nueva forma de actuar en la presencia cercana del Arca de la Alianza, el resultado para recordar fue la derrota de Hai en la que se destacó la falta de integridad de Acan. Si durante el Antiguo Testamento fue eliminado para llevar a todo el pueblo a la santidad, la acción llevada a cabo por Jesús durante este milenio conducirá al arrepentimiento de la persona, que eliminará la parte de la naturaleza que todavía es animal en ella, en una atracción hacia Dios. En esto, Acan representa esta parte animal que debe morir, y no el humano de hoy, por quien Jesús pagó con su vida en la Cruz, por cada pecador que se arrepiente.

Si la vara será firme y blanda al mismo tiempo, es porque contrario a la imagen que tenemos del hierro, este metal es muy flexible cuando es puro, como lo será Jesús. Es porque el hierro se confunde con el acero, que los dictadores creen que pueden gobernar en nombre de Dios por el poder, con una vara de violencia, como fue el caso de Stalin. Su verdadero nombre no era Stalin, que se traduce como el Hombre de Acero, como ya hemos señalado, pero el de Iossif Vissarionovich Djougachvili, que en sí mismo es mucho menos representativo de la confusión en la que Satanás quería conducir al mundo hacia la dureza del acero y no hacia la calidez y flexibilidad del amor. Dado que Vladimir Vladimirovich Putin hoy extrae su espiritualidad de este pequeño padre de los pueblos, que era tan complejado de su tamaño que tuvo que ponerse cuñas debajo de sus zapatos para parecer alto, no es sorprendente que hoy su descendiente espiritual, él mismo complejado por no haberse vuelto en un gran espía, se tome por el elegido, mientras que Él representa sólo a este ángel caído, llamado a desaparecer. Lo que probablemente ninguno de los dos no sabía, es que, si el hierro es uno de los metales más flexibles, es porque tan pronto como tiene algunas impurezas de carbono, resultantes de su extracción del mineral, se vuelve extremadamente duro y rígido, en detrimento progresivo de su flexibilidad, a menos que reciba tratamientos de agua fría que le brinden una dureza aún mayor y un efecto resorte, que refiere la violencia a éste que la emplea.

Estas son las características desconocidas del hierro, que aportan una interpretación de severidad y dureza, donde el hierro lleva en su pureza una capacidad de atracción magnética de los más fuertes, sin convertirlo en un imán del que no podamos separarnos. Siempre en su pureza, el hierro no conserva ninguna remanencia perversa, lo que podríamos asimilar a un resentimiento emocional o posesividad excesiva, como es el caso cuando es impuro y retiene la magnetización. A diferencia de un dictador que quiere dominar el mundo para mantener a cada ser humano bajo su supervisión y dominio, Jesús no fue dado por Dios para mantenernos permanentemente dependientes de Él, o incluso Su tutela definitiva, como fue el caso de Satanás, sino para darnos la libertad de hacer la voluntad de nuestro "Padre Celestial" y es por eso que podemos darle gloria para siempre.

La "Vara" de hierro de Jesús no poseerá entonces todo lo que hoy desalienta a los humanos de venir a Dios, como tener que derrotar a Satanás, a través de la observancia de las reglas por temor a la reprensión, antes de poder acceder a la naturaleza divina y la abundancia de corazón prometida por Jesús.

El sistema emocional del humano del mañana en su nacimiento, será el que ningún humano ha logrado obtener desde la crucifixión de Jesús, excepto por supuesto aquél que, o aquellos que habrán abierto la puerta a este nuevo mundo.

Esta es también la razón por la que hoy no debemos tomar las armas de Satanás contra la Rusia, para aplastarla en mil pedazos, para que nunca se levante de las cenizas. Por el contrario, no debemos querer dejar nada como derecho a Satanás sobre la Rusia, tanto humanamente como espiritualmente, para que pueda librarse para siempre del sistema que hoy la domina en lugar de Dios, atrayéndola a Dios en arrepentimiento en Jesucristo y ya no en la gloria demoníaca de Stalin.

Es en esto que Jesús reinará con una vara, que no será un cetro, y que será de hierro, pero no de acero.

Ucrania,

Revelaciones sobre nuestras democracias