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1 – 4 ¿Las podas neuronales y sinápticas pre y postnatales son una disminución de nuestras facultades mentales? ¿O al contrario son ellos una necesidad, para evitar a nuestras neuronas una excesiva diversidad de soluciones, como es el caso en el autismo?



La diversidad de las soluciones no es una desventaja al nacimiento y en la infancia, razón para la cual el niño se abre a una mayor diversidad de soluciones a través de un sistema sináptico más flexible. Podríamos pues decir que el niño es más inteligente, más filosófico que el adulto, pero realmente es simplemente más solicitante nuevos conocimientos, nuevas imágenes, al igual del feto que busca por allá su medio de supervivencia.

Un poco como para prepararse a recibir esta información de fuentes desconocida, el cerebro establece en el estado fetal un exceso de neuronas y sinapsis para recibir los primeros mapas cognitivos. Más estos mapas cognitivos permiten la asociación a una situación conocida del tema, más las neuronas y las sinapsis correspondientes van a ser tal como aislados eléctricamente por la sustancia blanca. Ésta está formada por axones rodeados de mielina (sustancia de naturaleza lipídica y proteica que actúa como la envoltura aislante de un cable). Estas reforzadas neuronas, pueden así sobrevivir más duraderamente, porque un 60% de las capacidades neuronales y sinápticas al nacimiento sufren una muerte neuronal llamada “Apostose” antes de la edad adulta.

No está pues después del nacimiento que el número de nuestras neuronas es máximo, sino entre el 4.o y 6.o mes de vida intrauterina, con el fin de obtenernos reacciones estereotipadas a través de dos grandes etapas “de poda”, uno prenatal, otro a la adolescencia.

Estas podas neuronales vinculadas a las modificaciones de las ramificaciones neuronales, no son una disminución de nuestra capacidad mental, sino al contrario una evolución de la selección neuronal produciéndose beneficio a los mapas cognitivos adquiridos a los cursos de las experiencias pasadas. Ellos permiten por lo tanto una mejor gestión de nuestros análisis, pero sobre todo de nuestros sentimientos y espíritus. Se hacen naturalmente por conservación de las neuronas y sinapsis más fuertes. Si estas podas no existían, nos sería quizá posible a la edad adulta remontarse casi concretamente en el estado fetal y por qué no, embrionario. La mayor parte de nuestros mapas cognitivos se almacenarían entonces en nuestro lóbulo frontal que se convertiría en obsoletas, puesto que nacido de análisis idénticos a las que lo habrían generado por el espíritu, en una misma relación causa-efecto.

Por analogía de sentimientos idénticos a nuestros mapas cognitivos, seríamos entonces incapaces de tomar cualquier decisión de valor humana. Nuestro QE (coeficiente emocional) se volvería más o menos lineal, porque enteramente analizado por dos sistemas idénticos, nuestro sistema límbico (cerebro del paleo-mamífero), y nuestro neocortex (cerebro del neo mamífero), sin olvidar el pequeño cerebro del corazón que veremos más tarde. Sin diferenciaciones de nuestras emociones sentimentales nos sería en efecto imposible tomar una decisión de valor humana aunque nuestro QI (coeficiente intelectual) permanecía lo que es hoy. Es lo que hacen resultar los testimonios del Profesor David Servan-Schreiber en su libro « Guérir »  En otro ámbito de experiencias neurológicas, es la ausencia de este fenómeno de poda neuronal que genera el autismo. Es también porqué este disfuncionamiento podría en gran parte evitarse si se detectaba de manera precoz.

Últimas noticias: Como mencionamos los últimos años por pura intuición, en 2015 de los estudios estadounidenses tienden a confirmar la hipótesis de que un problema de poda neuronal sería en efecto el origen del autismo.

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