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LA TRANSICIÓN EXITOSA


2 - El indispensable cambio de lógica


Es fundamental disociar las dos partes del versículo 16, entre dar las leyes de Dios en sus corazones y escribirlas en sus mentes, porque el entendimiento con el que los humanos están de acuerdo y que generalmente llaman "yo", se está construyendo en su cerebro, por la reflexión sobre su genética, de las emociones emitidas desde su "corazón" por esta lógica espiritual, llamada el espíritu. Este se coloca en las neuronas que rodean el corazón de cada ser humano desde su procreación y fue prodigado por Dios en el homo sapiens, mientras aún pertenecía al reino animal. Esta lógica le otorgaría entonces, una capacidad de acción basada en un sistema de recompensa / castigo, permitiendo lo de asegurar su supervivencia y reproducción, mediante el dominio del su entorno.

Debido a las capacidades analíticas de este nuevo ser y para mantenerlo en los valores escritos por su Creador en su genética, los deseos egocéntricos que esta lógica iba a traerle así,  iban a tener que ser limitados por una tutela represiva, puesta bajo el control y responsabilidad del que se noma Lucifer en algunas versiones de la Biblia. La acción combinada de la lógica y la represión de este tutor, iban a traerle así retroactivamente la información de sus comportamientos ubicados fuera del buen uso de su genética, de manera que por temor a una nueva corrección, domine sus deseos, acercándolo así a su Creador por un comienzo de equilibrio.

No fue para perseguirlo, que esta tutela fue represiva, ni para ponerlo permanentemente bajo esta tutela, sino para orientarlo hacia lo que sus instintos pudieran entender y comenzar a educarlo. Es así como encontramos bíblicamente, a través de unas pocas palabras del comienzo del Génesis, lo que generalmente se llama la dispensación de la inocencia y que corresponde a la gestión adecuada de los instintos del homo sapiens. El papel de esta lógica bajo tutela, continuó así útilmente hasta Adán y Eva y abarcó un período entre 220.000 y 65.000 años, según las estimaciones actuales de la aparición del homo sapiens en la tierra. Con frecuencia confundimos a este homo sapiens con el cazador / recolector del Paleolítico Inferior de hace dos o tres millones de años, cuando genéticamente este homo sapiens no era diferente del humano de hoy. Además, podríamos procrear perfectamente con los más distantes en el tiempo y la distancia, porque nuestras únicas diferencias estan en la apertura a la conciencia de Adán y Eva.

Ellos mismos vivían en una sociedad ya muy evolucionada y bien estructurada, en relación a las condiciones de vida del primer Homo sapiens y por eso se les manifestó el SEÑOR, para no prohibirles tomar conciencia de sus errores y permanecer en ellos en una total ignorancia, pero para que no pretendan gestionar la conciencia, desde esta lógica demasiado imprecisa, fuera de la guía divina.

Al igual que el instinto animal, la conciencia también se ubica en la genética humana, pero es la apertura a la percepción del ser humano del valor justo de sus actos, para ser obtenido por anticipación y por lo tanto requiere una lógica adecuada a este modo de funcionamiento. Como siempre ocurre con nosotros, Adán y Eva estaban ellos mismos revestidos únicamente de la vieja lógica, que les traía información por efecto retroactivo y no por anticipación, en un valor aproximado, ligado a simples deseos. Dios les había así informado previamente que no comieran del fruto de esta "conciencia" del bien y del mal y por eso todos estamos llamados a cambiar de "lógica" para perseverar en la vida eterna.

Si la vocación de este tutor llamado Lucifer fue perfectamente útil y deseada por el SEÑOR, para llevar al homo sapiens a la etapa en la que se encontraban Adán y Eva, se volvió perjudicial para su progresión hacia la naturaleza divina, al llevarlos a gestionar esta conciencia por medio de lo que él mismo había creado en ellos y por lo tanto en desobediencia al orden de Dios.

Podemos efectivamente hacer el paralelo del comportamiento de Lucifer, con el que podríamos tener hoy si intentáramos someter a un animal de compañía a nuestra "tutela" y tratáramos, por ejemplo, de adiestrarlo con el mejor respeto posible para matar, solo para alimentarse. Este gozo de alimentarse, interpretado por su lógica animal, fácilmente se trasladaría a su entendimiento, el gozo de matar, hasta el punto de llevarlo a veces a matar por placer, por gloria, o simplemente por miedo a quedarse sin comida, como lo puede ser para nosotros hoy. Si intentáramos entonces una represión más severa para disuadirlo de esto, lo perseguiríamos por un lado, por su no interpretable sufrimiento físico a su nivel y sus intentos de satisfacernos sin resultado, le alejaría de nosotros y de nuestros valores, pero también de su Creador, si se le hubiera dado la noción. Así pues, si quisiéramos ir demasiado lejos en esto adiestramiento, como hizo este tutor represivo, de una situación en la que hubiéramos sido indispensables y perfectamente útiles para con estos animales, nos convertiríamos en intermediarios dañinos y les traeríamos el descrédito de su Creador, así como que el de los buenos límites ya adquiridos. Es en esto que el tutor, puesto por Dios en esta lógica, tomó el nombre de Satanás, el mentiroso, por su incitación a llevar a Adán y Eva a la desobediencia a Dios, incitándolos a respetar la conciencia humana, únicamente revestidos con la lógica no prevista a tal efecto.

La transición de esta lógica conceptual, a otra "lógica" igualmente conceptual, pero basada en el Amor de Dios, se había vuelto, por tanto, imprescindible, para permitir, a largo plazo, llevar a todo ser humano una dimensión comparativa perfectamente mensurable, antes que cualquier toma de decisiones de acción por su parte. Esta es la razón por la cual, a pesar de la desobediencia humana en ese momento, Dios se propuso pasar página en la historia de la vieja lógica bajo tutela. Con este fin, el Señor Dios estableció un procedimiento espiritual, permitiendo primero emplear su propio libre albedrío para controlar mejor sus deseos, para evitar los derechos represivos de este tutor, bajo el Antiguo Testamento, antes de proporcionar los medios para borrar todo rastro de la antigua lógica en el humano, bajo el Nuevo Testamento.

Este es un punto clave ineludible, porque si Cristo reina en los cielos desde su Ascensión cerca Dios, nos corresponde a nosotros hacerlo reinar en la tierra, no imponiéndolo por la fuerza en el mundo, sino revistiendo hasta toda Su naturaleza ya en esta tierra. Así como el cumplimiento de la ley fue fundamental para hacer de Jesús el Salvador para que se hiciera cargo de nosotros bajo una autoridad superior a la de este tutor, hoy necesitamos un grupo de humanos, hombres y mujeres, nacidos bajo la tutela de Satanás, trajo el cumplimiento de su total liberación de esa tutela, por Cristo en los cielos, para que la sentencia que pesa sobre Satanás sea aplicada en la tierra. Es el cumplimiento que espera el SEÑOR para revocar definitivamente, o casi, ese que había puesto como guardián de la humanidad y abre a Cristo en el cielo la autoridad para revestir en la tierra a todo embrión humano de su Espíritu Santo. Es para este cumplimiento que debemos trabajar, porque es la apertura del reinado de Cristo en la tierra y en el cielo.

Dado que todos nacemos al mismo nivel espiritual que Adán y Eva, cada uno está obligado a completar todas las etapas y debe comenzar por querer entrar en el respeto de los preceptos divinos, para que Dios lo bautice con su Espíritu Santo en Jesucristo, antes de aprender a seguir la guía del Espíritu Santo en su corazón, como los hebreos seguían en el desierto la columna de humo de día y la columna de fuego de noche.

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